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Avanza en Texas la Ley “Make Texas Healthy Again”: ¿Avance en salud pública o mensaje confuso para el consumidor?



El pasado lunes, la Cámara de Representantes de Texas aprobó el proyecto de ley SB 25, conocido como "Make Texas Healthy Again", con un respaldo bipartidista de 105 votos a favor y 28 en contra. Esta legislación busca fortalecer los estándares de nutrición y ejercicio en las escuelas públicas y exigir etiquetados más estrictos en productos alimenticios que contengan aditivos cuestionables.


Impulsado por la senadora estatal Lois Kolkhorst y la representante Lacey Hull, el proyecto de ley responde al aumento de enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes en el estado. SB 25 obligaría a los fabricantes a advertir si sus productos contienen ingredientes considerados "no recomendados para el consumo humano" por autoridades en países como Australia, Canadá, la Unión Europea o el Reino Unido, incluyendo colorantes artificiales y conservantes como el Red Dye 40 y el butilhidroxianisol.


Sin embargo, durante el debate en la Cámara, se introdujeron enmiendas que podrían debilitar la efectividad de la ley. Una de ellas, propuesta por el representante Gary VanDeaver, exime de los requisitos de etiquetado a los ingredientes ya regulados por la FDA o la legislación federal. Hull criticó esta enmienda, argumentando que socava el propósito principal del proyecto de ley y representa una inacción federal prolongada en temas de salud pública.


Desde una perspectiva regulatoria, la intención de la ley parece clara: proteger la salud pública, especialmente la de niños y adolescentes. No obstante, el texto de advertencia exigido ha generado cuestionamientos importantes. Más allá del debate sobre los colorantes en sí, lo que preocupa es la lógica detrás del mensaje. ¿Estamos realmente protegiendo al consumidor con frases que apelan al miedo y no a la evidencia técnica?


Nos sorprende que una ley pueda requerir leyendas como esta, que no se apropian del riesgo ni se sustentan científicamente, sino que trasladan el juicio a lo que “otros países” han decidido. En Sialico creemos firmemente que la regulación bien hecha nace del análisis del riesgo real, no del ruido mediático; se basa en ciencia, no en percepciones; y parte del compromiso, no de la burocracia. Una industria seria no necesita disclaimers ambiguos. Necesita marcos regulatorios sólidos, información clara para el consumidor y decisiones con criterio.


A pesar de las modificaciones, la aprobación de SB 25 marca un paso significativo en los esfuerzos de Texas por mejorar la salud pública a través de políticas alimentarias más estrictas. La legislación ahora espera la firma del gobernador Greg Abbott para convertirse en ley.


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