La FDA, a través de su red de Respuesta y Evaluación Coordinada de Brotes (CORE, por sus siglas en inglés), llevó a cabo cinco investigaciones entre 2014 y 2017 relacionadas con brotes de listeriosis asociados al consumo de queso fresco. En 2021, se registró un brote de Listeria que afectó a 13 personas y que también se vinculó con la ingesta de este tipo de queso.
Históricamente, los brotes de listeriosis relacionados con el queso fresco se han atribuido al uso de leche no pasteurizada durante su producción. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que la contaminación también puede ocurrir durante el proceso de elaboración de queso con leche pasteurizada, lo cual ha generado preocupación entre los consumidores.
Con el fin de reducir la incidencia de Enfermedades Transmitidas por Alimentos y las patologías asociadas al consumo de queso fresco, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha lanzado una nueva estrategia de prevención que incluye los siguientes puntos:
Priorizar las inspecciones con muestreo ambiental para detectar la presencia de Listeria monocytogenes.
Aumentar el muestreo de queso fresco en las operaciones minoristas en los Estados Unidos para detectar la presencia de L. monocytogenes.
Desarrollar una hoja informativa que describa los requisitos para el control de Listeria durante la elaboración de queso.
Difundir materiales de capacitación y educación para los productores y consumidores de queso fresco, a fin de fomentar las Buenas Prácticas de Higiene y Manejo de Alimentos.
Con estas actividades, la FDA busca garantizar que la industria quesera cumpla con los requisitos regulatorios aplicables para la producción de queso fresco. Como parte de la estrategia, se ha publicado una hoja informativa en el portal para ayudar a los fabricantes de queso fresco a comprender mejor los riesgos de inocuidad que pueden surgir durante la producción.
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